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BLW (Baby Led Weaning). El paso de la teta a la mesa.

El Baby Led Weaning es un método de introducción de la alimentación complementaria (AC) diferente al tradicional, que propone, en vez del uso de purés administrados con cuchara, el empleo de alimentos enteros que el lactante sea capaz de coger y llevárselos a la boca.

El Baby Led Weaning es un método de introducción de la alimentación complementaria (AC) diferente al tradicional, que propone, en vez del uso de purés administrados con cuchara, el empleo de alimentos enteros que el lactante sea capaz de coger y llevárselos a la boca. Lo que le da una participación más activa por parte del niño y mejor transición al manejo de texturas sólidas.

Es un término acuñado inicialmente en Reino Unido, que en español se ha traducido por “destete o alimentación complementaria (AC) dirigida por el bebé” y que propone la realización de la misma mediante el uso de alimentos enteros con un tamaño y una forma que permita al bebé cogerlos y llevárselos a la boca (generalmente formas alargadas y estrechas: finger foods) como alternativa a alimentos triturados y purés administrados con cuchara por los padres.

Se trata por tanto de una manera de introducir la AC diferente a la tradicional que otorga al lactante un papel mucho más activo, ya que si bien los padres deciden qué alimentos le ofrecen, realmente es el niño el que decide qué tomar de las opciones que le ofrecen, cuánto y a qué ritmo.

Dado que la adquisición de habilidades para comer solo, en cantidades suficientes, no se podrá alcanzar probablemente hasta los 8 meses, la cobertura de las necesidades se deberá completar aún con la lactancia.

Hacer que el lactante participe más activamente en su alimentación y conseguir que conozca y se integre lo antes posible en la comida familiar es la filosofía que subyace en esta técnica que rechaza la alimentación exclusiva y pasiva con cuchara por parte de los padres o, a lo sumo, la relega un pequeño porcentaje (10% de la ingesta total).

Se sabe que la composición y sabor de la leche de mujer varía en función de los alimentos que toma actuando como vehículo perfecto para presentar al bebé alimentos que forman parte de la dieta materna. En este sentido, la lactancia materna (LM) se considera como la preparación más adecuada para el BLW ya que iniciaría la enseñanza que posteriormente a partir de los 6 meses se continuaría complementando y desarrollando con los alimentos sólidos, fundamentalmente en relación a la autoregulación y la presentación de diferentes sabores.

Aunque generalmente se habla de los 6 meses como momento en el que puede llevarse a cabo, su inicio no depende tanto de alcanzar una edad límite como constatar que el bebé haya adquirido una serie de hitos en su desarrollo, fundamentalmente:

  • La adquisición de la sedestación.
  • El uso coordinado de las manos para explorar y manipular objetos junto con el interés por conocer sus características y la capacidad para discernir entre los tamaños y las propiedades físicas de los mismos.
  • La adquisición de funciones motoras orales adecuadas para manejar trozos de comida y ser capaz de realizar movimientos masticatorios (subiendo y bajando la mandíbula) para romper los alimentos blandos y movilizar lateralmente su lengua para mover la comida alrededor de la boca y llevarla a la parte posterior con el fin de tragarla.

Carruth publicó en 2004 un estudio cuyo objetivo era constatar a qué edades se adquieren estas habilidades necesarias para que el lactante sea capaz de alimentarse. Para ello analizó los datos de 3022 niños entre los 4 y 24 meses, obtenidos mediante encuesta a sus cuidadores, encontrando que el porcentaje de niños capaces de sujetar la comida con la mano y llevársela a la boca era del 68% a los 4-6 meses, del 96% a los 7-8 meses, y del 98% a los 9-11 meses.  (ver en tabla 1).

Tabla 1. Carrut, 2004.

Una de las principales preocupaciones que genera el BLW son los atragantamientos, aunque, siempre que se cumplan unas simples reglas de seguridad, la probabilidad de que ocurran es mínima, siendo considerados por las propias madres que efectúan el BLW como parte natural del aprendizaje de comer y manejar texturas nuevas.

Ventajas del BLW:

  • Promoción de la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses,  la alimentación con biberón no ofrece la misma variación de sabores que la LM y otorga al lactante un papel más pasivo en la regulación de la cantidad de alimento que ingiere.
  • Hábitos de alimentación saludables, el BLW puede fomentar una mayor aceptación de los alimentos con una variedad de texturas y sabores y resultar en un mayor consumo de alimentos más sanos, tales como verduras y alimentos no procesados. resaltan que el establecimiento de hábitos alimenticios saludables a temprana edad parece estar relacionado con pautas de alimentación en respuesta a las señales del niño de saciedad y hambre. Por lo que se ha observado, que las madres seguidoras del BLW son menos propensas a presionar sus hijos a comer y a restringir alimentos que las qu efectúan una AC tradicional.
  • Fomentar y promover el desarrollo psicomotor del niño. Es uno de los aspectos mejor valorados com beneficiosos por parte de los profesionales ya que durante el BLW los padres le presentan al bebé los alimentos por separado o de tal modo que pueda separarlos, agarrarlos con la mano y manejarlos por sí mismo, permitiéndole desarrollar las distintas habilidades que necesitará para comer (coordinación óculo-manual, masticación, deglución, pinza, etc.).
  • Mejor transición a la alimentación sólida, se considera que existe un periodo crítico para la introducción de alimentos no homogeneizados y que, superado este, se favorece la aparición de dificultades a la hora de avanzar en texturas y aptitudes masticatorias. Ese periodo ventana se sitúa en torno a los 7-9 meses de edad que es el momento de mayor desarrollo e implantación del BLW.
  • Prevención de la obesidad, Una alimentación basada solo en alimentos triturados y en papillas depende en gran medida del cuidador más que del propio niño, lo que en muchas ocasiones significa ir más allá de su saciedad y un exceso en el aporte calórico y/o proteico. El BLW por el contrario otorga un papel mucho más activo al niño, favoreciendo que él mismo regule las cantidades de los alimentos que toma y desarrolle sensaciones de saciedad con las posibles implicaciones que puede tener para la prevención en el desarrollo de la obesidad.

Preocupaciones:

-Deficit de nutrientes:

Entre los 6 y 8 meses,el aporte de energía procedente de la AC debería ser 1/5 del total y entre los 9 y los 11 meses ascender a la mitad.  El resto debe ser cubierto por la leche. Se recomienda iniciar la AC con alimentos ricos en hierro, como los cereales fortificados o la carne. Sin embargo,  se suele comenzar con vegetales cocidos y fruta cruda. Por lo que es importante supervisar el crecimiento y comprobar que la alimentación es variada e incluye alimentos que aportan hierro.

-Riesgo de atragantamiento:

Es un temor lógico. En una revisión se describen accidentes con cacahuetes, zanahorias, salchichas, caramelos, manzana cruda y objetos inorgánicos. De ellos, la zanahoria y la manzana son los únicos alimentos aconsejados en el BLW, por lo que siempre se indica que sea cocida. Se recomienda evitar los frutos secos, semillas o alimentos crudos y duros. Quizá solo debamos aconsejar el BLW después de ofrecer un curso de primeros auxilios a la familia, o cuando menos, instrucciones claras sobre el manejo de los cuerpos extraños en vías aéreas.

La alimentación de los bebés debe ser supervisada de cerca y a veces el modelo BLW parece en exceso laxo y, aunque recomienda que el bebé coma al mismo tiempo que toda la familia, es importante que haya una persona adulta responsable al pendiente.

¿Es para todos los niños?

La introducción de la AC debe hacerse cuando los bebés han adquirido ciertas habilidades relacionadas con la comida, ya citadas. Y puede haber niños que por haber nacido prematuramente o por padecer alguna enfermedad debilitante o cuadros neuromusculares, no hayan alcanzado dichos hitos de desarrollo a los 6 meses.

Un segundo grupo de niños para los que el BLW puede no ser adecuado son los que padecen enfermedades degenerativas o neurológicas o retraso psicomotor de otro origen. En todos ellos la AC deberá adaptarse a sus capacidades.

También plantean retos específicos los niños afectos de trastornos del espectro autista, quienes desde etapas muy tempranas pueden mostrar dificultades en la alimentación, rechazando ciertas texturas, sabores y olores o presentando comportamientos motrices diferentes que dificulten la interacción y la interpretación de sus señales por parte de la familia.

Por tanto, estos grupos deberán recibir seguimiento y asesoría especializada, según el caso.

En resumen:

  • Ofrecer a diario alimentos que aporten energía suficiente.
  • Ofrecer a diario alimentos que aporten hierro.
  • Continuar con lactancia a demanda.
  • Vigilar de cerca al bebé.
  • Diferenciar una arcada de un atragantamiento.
  • Tener clara la lista de los alimentos que suponen riesgo de atragantamiento.
  • Manejo rápido y eficaz en caso de atragantamiento.
  • Necesidad de adecuarlo a los bebés con situaciones especiales.
  • Valoración pediátrica previa al inicio de la Alimentación Complementaria.

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